domingo, 25 de julio de 2010

Señor...! No sea U.d tan.........!


Hace unos días me fuí con mi esposa y mis hijas a un conocido cine de la ciudad a ver la película Toy Story 3,otra obra maestra made in el Imperio. A pesar de la acostumbrada cola para comprar las entradas, retirar cotufas, comprar refrescos y llenar la panza de los antojos típicos del cine, la idea era pasar un rato agradable, en familia y disfrutando de un buen film que nos transportara al mundo ideal creado por Walt Disney.

A penas a pocos minutos de empezada la película una docena de niñitas que rondeaban los 12 o 13 años empezaron el saboteo con molestos ruidos, gritos, risas, conversaciones en voz alta con sus teléfonos celulares Blackberry, ultimo modelo por cierto, de los que suelen costar mas de Bs. 2.000 each.

Tratando de entender que esas actitudes son comunes cuando las hormonas se empiezan a alborotar decidí concentrarme en Buzz Lightyear y el Vaquero y hacer caso omiso al impertinente grupo de adolescentes.

El entendimiento duró poco, no mas de 15 minutos o menos, pues los improperios, las groserías dignas de cualquier malandro chavista (Si! Chavista) se quedaban cortos frente a lo que brotaba de la boca de estas treceañeras, lo que me hizo pararme cortesmente de mi cómoda butaca y pedirles como un gran, gran favor que bajaran el volumen y se quedaran "sentaditas" en sus asientos para no molestar. Todas asintieron por lo que sus sombras en la tenue luz del cine me dejaba asimilar.

Ya sentado de nuevo en mi cómoda butaca empezó de nuevo el saboteo al mejor estilo La Piedrita. Gritos, risas, llamadas por el móvil y la impepinable expresión "Marica, que tal?" generaron mi nueva levantada para esta vez ir con más fuerza en contra del inestable grupo. Esta ocasión vino con el señalamiento con dedo y todo hacia las primeras caras que tenía en frente a mí, unas por cierto llenas de un tremendo fastidio y mala eduacación propias de aquellos que forman parte de alguna familia disfuncional. A continuación y esperando que la condescendencia con alguien un poco mas adulto impactara de una vez por todas en el grupo de malandritas e hiciera calmar las exaltadas hormonas vino la respuesta que generó mi contundez cuando una de las adolescentes propinó el golpe maestro diciendo "Vaya y siéntese, viejo guevón!", acompañado de las risas del resto del grupo y un "Yessss..!" muy propio de las que nunca han ido al imperio pero saben que es algo bueno decirlo exaltando las "s" al final.

Mi respuesta fue aún mas contundente pues decidí informarles sólo dos cosas: la primera, era su última oportunidad de portarse bien y que como adulto responsable llamaría a la autoridad del cine para que las sacara si seguía el comportamiento inadecuado; la segunda, ja, la segunda fue mi golpe mortal pues les propiné el zarpazo inesperado aludiendo esta vez a la política nacional informándoles que su comportamiento era el típico de "las niñitas chavistas que son hijas de algún pesado que no le duele el país y que con seguridad había estafado hasta a su sombra, que con seguridad y a pesar de estar en algún buen colegio privado, eran las propias niches, vulgares, insolentes y sobretodo dignas de padres irresponsables que todo lo arreglan con real y cero valores".

El resultado fue eficaz, el silencio se apoderó del grupo y pudimos terminar de disfrutar nuestra Toy Story con calma y en paz. Sin embargo, mi esposa todavía sigue sin entender que tiene que ver un grupo de niñitas mal educadas con los chavistas a lo cual le digo mi respuesta de siempre:"La pérdida de valores será el trabajo mas duro y más fuerte que tendremos por delante todos los venezolanos que queremos quedarnos y construir de nuevo el país, yo por lo menos ya empecé".

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